Epitalamio ilustrado

El siguiente texto está íntimamente ligado a las circunstancias de su lectura.

En los últimos días sufrió casi tantas actualizaciones como el Weather Channel.

Fue leído el 31 de marzo de 2007, a orillas del arroyo Caraguatá, delta del Tigre

Epitalamio del Tigre (ilustrado)

El periodista Almon
y su grano infame
leyeron que la literatura
llama epitalamios
a los poemas de boda
cantos nupciales escritos
para leerse en casamientos;
y envalentonados
acometieron uno para el suyo
evento extraordinario
en el Tigre, delta bonaerense
marzo de 2007.

Decidieron su lectura pública
en estado de total cordura
antes de los brindis, los pasteles
y la música embriagadora.

Por qué, para qué
se preguntan ahora mismo
algunos contemporáneos
que a la Hora de los Anillos
balbucearon el grave juramento
de fidelidad eterna.

Si tantas cosas puede uno hacer
con una mujer,
por qué una porteña de Zona Norte
con vivos recuerdos
de Galicia.

Cada uno tuvo su búsqueda
todavía errática
como vuelo de tábano herido
y fue tenaz y encontró su triunfo
el pulido lunar
de plateadas gotas sobre gotas
y el encuentro propiciado
por ese camello ciego
el destino
una transformación urgente,
cabal.

Como una cosa física

muy fina y muy enérgica,
casi de polvo fosforescente
el amor inundó los seres
las atrincheradas armas
bajaron sus espadas brillantes
y avanzó por los ambientes de la casa
atravesó el patio, el jardín
y toda Villa Pueyrredón
con la certeza militante
del aroma a pan tostado.

Ahora tengo mi amante
dijo el periodista
con todo eso adelante
y las chispas volcánicas
del rock nacional
en sus oscuros ojos inquietos,
en sus manos finas.

Oh! fiesta fluvial
Oh! intrincado delta
archipiélago verde y misterioso
encuentro inolvidable
en tierra flotante de bandoleros
otros proyectos te antecedieron
y aquella amante cariñosa fue compañera
socia firme y metódica
de inteligencia práctica superior
y en Cuenca escaló un quincho de tejas
para cobijar un Chevrolet gris
y en las baldosas de atrás
hinchó su panza azul la Pelopincho.

Paralelamente,
con el agradable y parejo
andar de un tren
por la pampa húmeda
ronronea el proyecto mayor
nuestra pirámide, nuestro coliseo
tan querido y azaroso
que la feliz pareja llama
simplemente,
el hijo.
Como no obstante
la entretenida insistencia
Faustino, Robertito
Rodolfo o Margarita
se viene demorando
a la suerte o la naturaleza
dará su mano esa madre adoptiva
heredera del las generaciones
la ciencia médica.

Hoy el Tigre es escrutinio de familiares
y estuario confluente de esos otros
ríos mulatos
los impresentables de Pochi
y los impresentables de Almon
la íntima puesta pública
de nuestro vigoroso amor.

Oh! Paraná tumultuoso
padre de las aguas
infinito y oscuro
hermano del Amazonas
y el Mississippi
Oh! Tigre hijo
de los despojos del continente
más allá del cristal
de la inmortal casita
de Sarmiento
en estos cañaverales retumbó
una tarde de 1938
una tarde como la de hoy
el estallido del vaso de cianuro
y el último aliento suicida
de Leopoldo Lugones
el marido más fiel de Buenos Aires.

Cordobés inapelable autor
de esta escena inolvidable:

“Al promediar la tarde de aquel día
cuando iba mi habitual adiós a darte
fue una vaga congoja de dejarte
lo que me hizo saber que te quería”.

Borges dice
que se mató por la conciencia
de una infidelidad,
así viene la trágica
la pagana decisión de Lugones
a recordarnos la frase criolla
ojo guapo
no hay poema que te salve
siempre la mina te puede dejar.

Lo que Almon creyó encontrar
en páginas de Borges
los tiempos, las paradojas, las patrias
las contiendas filosóficas
los Ireneos y los Lazarus Morell,
Pochi,
la novia intelectual audiovisual
lo tiene en capítulos de Friends
los Chandlers y los Ross
las Rachels;
puede incluso anticipar los diálogos
en inglés o castellano
puede reír o llorar por décimo cuarta vez
o saltar de la cama
para implorarle con hipnótico convencimiento
al atónito televisor.

Todos los actores o directores
de todas las décadas de Hollywood conviven
en su eterna bastedad
con sus felices o desdichadas biografías
en esa cabeza magnífica, imponente
genial.

Un epitalamio es simplemente
un poema de amor
con la soberbia antimoderna
de cantarle a la felicidad
y exige representación pública
este acto en Tigre
en este instante aristotélico
y pide un héroe y pide una heroína
vivos espejos de sus invitados
quienes en silencio dirán
¡pobres tan felices!
Epitalamio y tu completo casamiento
enciéndanse ahora como anaranjados fuegos
en una Kátharsis de vida voraz.

¡Pochi!
con providencia y voluntad
este goloso fanático
encontró su dulce mejor
en las mariposas que aletean tus ojos
en esos gruesos labios púrpuras.

¡Pochi! ¡Pochita de mi vida!
sé cuánto me amás
pero como te dije tantas veces
por SMS
yo más.