sábado, noviembre 22, 2003

Rescatate

Plaza Italia. Nueve de la mañana. Mientras espero al fotógrafo para tomarnos el colectivo a Pilar, para a entrevistar al cocinero Gato Dumas (próximamente, la publico). Pabló y José están parados junto a un banco al que le falta una de las dos tablas que forman el respaldo. Abajo hay un colchón empapado y deformado, y varias bolsas con cosas. Hablan en voz alta, se ríen, y cada tanto se llevan a la boca la bolsa de nylon. La bolsa se infla y se contrae como un respirador artificial de los que aparecen en las películas. Con una mano la apoyan formando un círculo contra los labios, con la palma de la otra acompañan el movimiento, para aprovechar el calor del aliento. Corre una brisa fría.

Me acerco lentamente, dándoles tiempo a que me vean ir. Al principio se ponen a la defensiva. Hablo claro y directo, intentando parecer sincero. Les digo que soy periodista. Pregunto si no les molesta que haga algunas preguntas sobre el pegamento. La expresión alerta que tenían al principio deja lugar a una mirada perdida y unos ojos vidriosos. Esconden las bolsas. Preguntan que dónde trabajo. Les digo que en una revista, pero que esto es para mí, porque quiero saber, nada más.

¿Qué se siente con el pegamento, a diferencia de estar escabiado o fumado?

Pablo: El pegameto es un vicio, yo desde que empecé te agarra una emoción, una alucinación. Es difícil contarte lo que sentís cuando aspirás.

¿Pero te hace sentir bien?

Pablo: Siiii, te hace olvidar de muchas cosas, de los problemas con tu familia. Yo me jalo una bolsa, y me olvido de todo.

¿Cuánto tiempo te dura?

Pablo: Si te cargás una bolsa el mambo te dura veinte minutos, más o menos. Es como el alcohol, vos no sabés cómo contestarme. Yo me empecé a drogar con marihuana, pero es distinto.

¿Con pegamento desde cuándo te drogás?

Pablo: Yo desde los 11, lo probé una sola vez y no lo pude largar más.

¿Cuántos tenés ahora?

Pablo: Diecinueve. Empecé fumando marihuana, te cagás de risa, pero el pegamento te hace mucho daño. Estuve en centros de rehabilitación. Tomaba cocaína. Pero yo ya salí, yo fumaba marihuana, tomaba cocaína, era re drogadicto, me drogaba con todo antes, ahora yo lo único que hago, aspiro pegamento y de vez en cuando pastillas, que las pastillas te dejan así como dormido, y si las tomas con alcohol te deja re loco, pero ... mas allá de todo me siento bien, drogado, y nada más, hasta luego.

¿Vos cuántos años tenés?

José: (mira, sonríe, e intenta agarrar la libreta) ....

Cuánto hace que aspirás pegamento?

José: .... (mirada perdida)

Dónde lo comprás?

José: En ferreterías...

Pablo: En ferreterías no porque en ferreterías no venden, hay un hombre que vende... que no te vamos a decir quién es el hombre...

No, está bien...

(José agarra la libreta y empieza a tironear con fuerza)

Eh! Guacho, rescatate boló, no bardies, no bardies boló porque te digo guacho, vos querés bardear alejate de mi loco, andá y hacé quilombo en otro lado, haceme caso boló, porque por tu culpa, boló, ( dirigiéndose hacia mí) el otro día él bardió boló, yo me comí tres días en Ezeiza boló, sabé, te digo, vos amigo (a mí) quedate tranquilo, no pasa nada boló, yo lo rescato.

Pegamento ¿y de qué otra manera le llaman?

José: Forték...

Pablo: Nosotros agarramos y decimos, así cuando estamos nosotros, decimos vamos a pegar una lata, pegamos una lata, vamos y le compramos al hombre este, porque en la ferretería no le venden a menores de 18 años, a mí tampoco, no sé por qué, perooo...bueno, nosotros vamos y compramos en un lado, que no te vamos a decir el lado...

No, no, no...

Pablo: Por más que nos caguen a piñas o nos maten no te vamos a decir.

Y lo ponés en una bolsa...

Cargás la bolsa y te dura más o menos quince minutos, pero los quince minutos es un mambo que no sé cómo decirte, te hace alucinar.

Y no es mejor el escabio?

Pablo: Si, yo tomo alcohol también.

Digo, porque esto te hace mierda

Esto vos comés y no te hace engordar, te saca el hambre. Y los pulmones te los va llenando, se te hace todo una pelota adentro, te va comiendo todo el cuerpo, te va quemando todo, porque esto es tóxico, es tolueno, se te va a las neuronas, con el tiempo te va comiendo todo así, te lo digo porque yo lo estudié.

Y guita para comprar de dónde sacan? Trabajan?

José: Al Alto Palermo, Shopping (gritando).

Pará, pará, que se va a romper, si lo rompemos estamos al pedo (José agarra la libreta de vuelta).

Pablo: Alejate boló, alejate, no, no, en serio, rescatate. Si queré bardearlo bardealo por allá, al lado mío no, el chabón vino de onda, no lo zarpes.

1 comentario:

Ariadna dijo...

Lejos de comprender la realidad completa de esos pibes e intentando darme una explicación, que no encuentro en términos valorables de mi realidad social, siento que existe una inmensa quietud casi narcotizada de la sociedad argentina y en términos más generales de la población mundial.
Ahora mismo me encuentro estudiando Sociología en España, muchas veces siento ganas de volver y pelearla allá, pero me pasa lo siguiente: en MdP la carrera prácticamente está en pañales ya que con la represión se perdieron muchos años en los cuales se podría haber forjado bien la carrera. Así es que como mis viejos estaban viviendo acá vine a explorar otros horizontes.
Bueno, sólo quería aportarte algo que me paso el otro día hablando con un pibe argentino que labura en ferias como lo hacia yo antes de empezar a estudiar; él me dijo algo que lo trasladé cuando leí tu artículo: los pibes en Ceuta (Marruecos) te venden la falopa, es impresionante, porque te regalan un poco (yo llegué a tener 10 paquetes sobre la mesa del puesto que me ellos iban dejando), se ocupan de conectarte para poder conseguir. Yo lo miro y le pregunto que qué pensaba sobre eso y me dice que le parecía bien que los pibes laburaran y no robaran ... a todo esto , indignadísima le comenté que en realidad esos pibes podrían estar haciendo algo mejor que vender falopa y robar... así diremos que la realidad de esos pibes se reduce a creer que la droga el un único horizonte que les permite hacer algo, pero creo que con eso se enganchan desde muy chicos en algo que no pueden controlar... me genera rabia el pensamiento facilista de mucha gente, porque el hecho de que esos chicos aspiren pegamento y que la gente los mire como bichos raros que solo lo hacen porque quieren o por cualquier otro motivo del cual nos consideramos exentos muestra la falta de comprensión de la realidad socio-cultural en la que estamos inmersos y que mucha gente prefiere no aceptar como tal.
No creo que la única solución sea el hecho de buscar una unión social para hacer frente a toda la mierda que vivimos, pero si me gustaría que como vos, que te ocupaste por interesarte en temas que te incluyen, porque vivís en esa sociedad, muchos también lo hagan y que busquen formas de acción.
Se me puso la piel de gallina el otro día cuando me estaba matriculando en la universidad. En el sobre que tenía que llenar había un papel que era sobre voluntariado. Era fundamentalmente una acción orientada desde la universidad con el fin de lograr que los estudiantes nos interesemos más en la ayuda social y que aprendamos a la vez de eso. Bueno, me anoté, y después me puse a pensar que cuando estaba estudiando en Mar del Plata no encontraba un grupo que me permitiera hacer algo para no sentirme tan impotente. En fin, cuando encontré allá uno muy muy reducido de estudiantes de varias carreras, justo había tomado la decisión de venirme, pero hablando con una amiga que estaba en ese grupo me contaba de la inmensa cantidad de trabas con las cuales se encuentran: tanto sociales como políticas y económicas, entonces pensé en que bueno sería que la universidad exigiera a los alumnos que devuelvan un poco a la sociedad, por el hecho de que estudian en una universidad publica , lo cual en muy pocos países existe.
Bueno, solo eso, me interesó y llamó mi atención tu artículo, me gustó el poder leer algo que no tiene más que una finalidad personal. Te mando un saludo desde el otro lado del charco.