En esta zona central, que ocupa una quinta parte de la estrella, la temperatura y la presión son enormes. La temperatura llega a los 15 millones de grados centígrados, y la presión es 340 mil veces la que tiene el aire en la Tierra al nivel del mar. Por estas razones ahí se producen reacciones termonucleares que proporcionan toda la energía del Sol. Casi toda la masa del núcleo solar está formada por hidrógeno (73%) y helio (25%). En ese horno descomunal, los átomos de hidrógeno se aglomeran de a cuatro y se transforman en átomos de helio.
El Sol es cada vez más liviano
Los científicos calculan que a cada segundo, en el núcleo del Sol hay 400 millones de toneladas de hidrógeno que se convierten en helio. Además, en esa conversión se produce una pérdida de masa, que es expulsada como energía hacia la superficie de la estrella, a través de un proceso conocido como convección. Por eso los especialistas insisten en que el Sol se vuelve un cuerpo cada vez más ligero. Lo curioso es que esos 5 millones de toneladas de energía pura, liberados en el centro bajo la forma de luz y calor, tardan un millón de años en alcanzar la superficie solar.
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