sábado, junio 16, 2007

Bendito tú eres (casi Cantino)


En la zona de las innovaciones culinarias de Palermo un restaurante de sabores clásicos, como los de la abuela. Platos bien cocinados, y bien servidos de la mano de tres socios que generan los climas que sólo dan las cosas hechas a pulmón.

El lugar. Se iba a llamar Cantino, pero la marca rebotó por asociación fonética con otro restaurante que el porteño adivinará. Bendito es más lindo incluso. El primer impacto fuerte es el vitreaux de la entrada y la cosa sigue por el piso de madera original y las baldosas del patio de lo que fue una casona del Palermo de 1920. Los colores ocre y los santitos o pequeños santuarios, con su ironía hasta ahí nomás, le dan un toque mexicano, o al menos del norte del país, donde es fuerte el culto al gauchito Gil. Inquieta y llama el horno a leña, atrás de la barra.

Los responsables. A Marcelo Langer, socio culinario, ya la madre le decía Camote y así quedó para todo el mundo. “No queremos innovar sino ofrecer platos clásicos bien cocidos –dice el anfitrión-. Esos en los que competís con la abuela”. Uno de los altares es para Doña Petrona, y está todo dicho. Sus socios son artistas, así que con frecuencia se arma candombe en la terraza, a la que ahora lleva más gente la Ley Antitabaco.

El plato. A tono con el concepto doméstico, los platos vienen bien servidos, generosos en tamaño y gusto. Los cronistas probamos un Ceviche de Pescado del día ($9) y unas Perlas de Muzzarella con tomates secos ($8), ambos buenos, quizá más original el primero por el cilantro. A la altura de cualquier cabaña criolla está el Ojo de bife con papas rellenas de queso crema con ciboulette y panceta crocante ($23). El Pescado del día (nos tocó mero) con verduras grilladas con manteca de hierbas ($21) es suave y delicioso. El postre no es ni puede ser otro que las Frutas quemadas "a la leña" con helado de crema ($12).

Las bebidas y el maridaje. Cuesta creer quizá que el consejo certero venga de una ucraniana original, pero así es, Zrinka (si el anotador no miente) dijo que las carnes podrían ir bien con un Fond de Cave Cabernet Sauvignon de la exportadora Trapiche. Y no anduvo para nada mal.

La carta. Concisa, robusta, alineada casi con la iluminación y el ambiente todo. Es para poner a prueba la “mano” del cocinero, con gustos llenos de remembranza. Preguntar por chivitos y corderos que a veces, cuando el producto justo está, salen del horno de barro como dioses de la gastronomía.

Bendito
Houmbold 1962
Palermo.
Tel. 4776- 8732
Terraza
Shows los viernes y sábados.

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