La feria menos cool (primera parte)
Un fin de semana de sol en Buenos Aires, a la mañana avanzada o al atardecer, puede uno acercarse a la zona donde se juntan el cementerio del Oeste – o de la Chacarita- con la cancha/estadio de Atlanta Club y el parque Los Andes, con su particular feria.
A pie se llega en el tren de la línea San Martín desde su estación en Retiro; Chacarita es la segunda estación después de Palermo. Un lindo viaje sobre el que volveremos. En subte, es justo arriba de la estación Dorrego de la línea “B”.
De las 22 ferias de la ciudad, la del parque Los Andes es de las no turísticas. De ella en gran parte se nutren otras, como la de plaza Dorrego, en San Telmo, en la que un extranjero paga quince pesos por un viejo sifón que un revendedor compró a cinco.
Es una feria de primera mano, recibe la primer descarga de lo que deja atrás la sociedad, o de lo que devuelve al mercado del usado un ejército de cartoneros y levantadores de cosas. Es una feria en la que no hay el mínimo toque de distinción y diseño que caracteriza a las de plaza Francia o Serrano. Una feria en la que se amontonan pilas de cosas, llamada de “antigüedades, manualidades y usados”.
Julio dice ser uno de los más antiguos delegados. Muestra una vieja fotocopia y cuenta que la feria empezó en 1992, a partir del desprendimiento de un grupo de feriantes que llevaban años en la de Parque Rivadavia. Está queriendo armar una cooperativa. “Sería bueno traer el apoyo del turismo”, dice. Sin embargo, reconoce que el grueso del circuito turístico no llega tan al oeste.
Según Julio cada fin de semana se arman más de 1000 puestos, que facturan un promedio aproximado de 200 pesos. Cada feriante puede armarse su propio puesto o contratar el servicio de una de las cuatro empresas de armadores, que lo hacen por 15 pesos. “Hay un armador que tiene más de 500 puestos”, dice Julio, “pero si querés saber el nombre preguntáselo a él”.
Mañana martes:
Enojadísima, Marta dice que Julio miente y niega que tenga autoridad para hablar en nombre de la feria. Insiste en que es la feriante original, la más antigua. Susana denuncia irregularidades entre los 4 armadores. Dice que “son unos tránfugas”.
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