viernes, noviembre 28, 2008

Estudio del Sol

Un cuerpo vivo

El estudio científico del Sol permitió descubrir que se trata de un cuerpo en permanente transformación. Primero se lo observó a simple vista, luego con telescopio y por último se supo de él a través de las ondas de luz que emite. Conocer el Sol le ayudó a los hombres a saber más sobre el resto de las estrellas.

Por su cercanía con la Tierra, y su influencia en nuestra vida, el Sol es lejos la estrella más analizada por los hombres. Es la única que podemos ver a simple vista. Y ha resultado una fuente extraordinaria para el estudio de muchos otros fenómenos estelares. Podríamos decir que es el Conejillo de Indias de las estrellas. 

Por eso, a pesar de que se encuentra muy lejos, los astrónomos han llegado a distinguir muchos detalles en su superficie, que le permiten entender el comportamiento de otras estrellas. A diferencia de los planetas, el Sol está en permanente transformación, como si se tratara de un ser vivo, tiene manchas y protuberancias que aparecen y desaparecen por ciclos. Es un cuerpo dinámico y en permanente evolución.


Objeto de observación
Los primeros en observar a simple vista las manchas que dan cuenta de esta “vida solar”, fueron los astrónomos chinos, 200 años antes de Cristo. Pero fue en 1611 cuando Galileo usó su telescopio recién inventado para hacer observaciones más sistemáticas. El siguiente avance significativo en el estudio del Sol nos lleva a 1814

Ese año el físico alemán Joseph von Fraunhofer descubre el espectroscopio, un instrumento que puede dividir la luz en las longitudes de onda que la componen, o lo que es lo mismo, en los colores que la componen. El estudio del Sol a partir de su espectro ya lo había practicado el inglés Isaac Newton en 1666, pero ahora podían darse explicaciones teóricas más detalladas.

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