
Finalmente pudimos verte Almoncito querido!!
La madre temblaba al ritmo de sus latidos de caballo desbocado. Nos apretamos las manos con fuerza y nos abandonamos al llanto y a los mocos.
Creo que no hubiérmos podido admitir otra cosa. No esta vez.
Tiene la cabeza de ella (un tema de dimensión).
Lo que tanto habíamos imaginado (fueron más de dos años de ilusiones y noticias duras) empezaba a ser una realidad.
Lo vimos moverse; podíamos creer.
Volvimos a Cuenca en el Corsita, era un día de sol.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario