Navegando fui a dar con la historia de Post-it, los papelitos adhesivos amarillos para oficina. La cosa empezó en 1968, cuando el investigador Spencer Silver encontró un adhesivo inusual que no pegaba tanto como los otros. Pero no se le ocurrió qué hacer. Se dedicó a dar conferencias. Una la escuchó un tal Art Fry, desarrollador de nuevos productos de 3M.
Tampoco se le ocurrió nada, hasta que pasó esto: “Mientras cantaba en el coro de mi iglesia, separaba las páginas del libro de salmos con papeles. Siempre se me caían y tenía que mirar al vecino para ver dónde estábamos. Se me ocurrió que necesitaba un papel que se pegara y despegara fácilmente. No sé si fue una inspiración divina o el aire fresco del domingo, pero lo cierto es que me acordé entonces del adhesivo de Spencer”
Post-it comenzó a comercializarse en Estados Unidos en 1980. Art debió enfrentar muchas críticas de colegas, dentro de 3M, que no creían en la viabilidad de su sutil invento. Le decían que ni siquiera era un invento, que nadie iba a querer pagar por unos papelitos. Hoy es uno de los cinco artículos para oficina más vendidos del mundo. “Es una forma de organizarse, de comunicarse y de recordar las cosas”, dice Art Fry.
Actualmente, están disponibles en 27 tamaños, 56 formas y 50 colores. Hay más de cuatrocientos productos con la marca registrada Post-it, que se venden en más de cien países. Existen las Post-it rayadas; las formato grande XL; las traslúcidas, para ver el documento sobre el que se aplican; Z Notes; plegadas entre ellas a modo de zig-zag; y notas troqueladas. “Es como hacer que crezcan tus hijos y que lleguen a ser felices y que tengan éxito”, dice Art Fry.
Estos gringos. Lo misterioso es cómo se da ese salto de la idea al producto. Quizá suene cursi, pero para mí Art Fry es un capo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario